¿Está perdiendo de nuevo Panamá su soberanía?

Tal como nos cuenta la historia, hubo un tiempo en el que Panamá tuvo una quinta frontera. Esa denominación, extraordinariamente gráfica, fue acuñada para significar que, aparte de las fronteras naturales con Colombia, Costa Rica y los océanos Atlántico y Pacífico, existía, además, otra frontera producto del Tratado Hay-Bunau Varilla de 1903— que ningún panameño firmó — , y que creó el enclave colonial conocido como la Zona del Canal en el que la soberanía la ejercía Estados Unidos.

Tiempo después, gracias a los Tratados Torrijos-Carter, firmados en 1977, Panamá logró desaparecer física y mentalmente el último vestigio de «la quinta frontera». Sin embargo, en la reciente decisión del saliente gobierno del presidente Juan Carlos Varela de romper relaciones con Taiwan, e iniciar relaciones con la República Popular China reconociéndola como «única China en el mundo», parece haber algo más que simplemente romper e iniciar relaciones.

Hasta ahora todo va bien, es la decisión de un país soberano de romper relaciones con uno y relacionarse con otro, en fin, cosas de la geopolítica internacional. El problema empieza cuando investigamos el historial de cobros de China a otros países en el mundo y que estos, insolventes, sin poder pagar entregan partes de sus riquezas naturales a China. Recursos que China puede usar como mejor le convenga y muchas veces sin consultarlo.

Tal como es el caso del denominado Collar de Pelas  — algo así como la nueva Ruta de la Seda —  que se ha creado China y que según ellos, son simplemente «muelles comerciales y sin usos militares», algo que es muy difícil de creer viniendo de China.

Inicialmente el Gobierno de Panamá le había ofrecido a China un lugar en las Áreas Revertidas de la Zona del Canal de Panamá, lo cual causó indignación a los panameños porque estas son áreas que fueron parte de Estados Unidos y ahora prácticamente se las estaban entregando a China. Esto llevó a un caos interno en el gobierno puesto que no saben que entregarle a China para colocar su embajada, mientras que ya China hizo entrega de su porción de tierra para Panamá en el centro de Pekín.

Esto también ha generado un debate entre candidatos presidenciales si continuar o no con las relaciones entre ambos países y que se lleva directamente a un gran dilema puesto que no sabemos las repercusiones que esto pueda traer ya que incluso se habla de que China quizás esté financiando candidatos para mantener de alguna manera las relaciones que le permitiría obtener grandes beneficios y tener más cerca a Estados Unidos.

Lo cierto es que esto preocupa a muchos países, y ha logrado que la Administración Trump tenga los ojos puestos sobre Panamá, lo cual es preocupante ya que hablamos del más grande socio comercial y además «el hermano mayor» que los defiende  — como me gusta llamarle a mi — .

La excusa perfecta de China para poder entrar a Panamá fue «poder invertir en infraestructura», sin embargo parece que las intenciones son otras mucho más grandes.


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